Es la típica historia de una putita que se llegó a enamorar.
Catalina, la putita, tenía un novio, el cual le había roto el corazón. Aún así ella no lo dejaba porque en cierta forma a esta Catita le gusta el dolor. De repente llegó alguien más a su vida. Ya las cosas no se veían tan mal después de todo. Catalina comenzó a sentir algo nuevo por él, por esos ojos que pareciera que solo soñaran con ella. Se dieron besos que en un comienzo se acompañaban por un 'no te enamores' que ella susurraba y luego fue mutando a un beso sincero y lleno de amor. Catalina, la putita, ahora se había enamorado, pero como es costumbre de toda puta, pues, ella le rompió el corazón. Había terminado con su antigua relación para comenzar a salir con alguien más, alguien cuyos ojos no brillaban por ella, pero que la hacían sentir liviana, sin ataduras en las manos.
Terminó llorando por la cita eterna que tuvo y por haber perdido a esos ojos brillantes y sinceros. Ya no le quedaba más que seguir por la vida probando un poco de por aquí y otro poco de por allá. Se volvió una putita al máximo pero no lo disfrutaba. Seguía pensando en él y en sus formas de abrazarla y de mirarla. Él volvió. Esta vez ella no lo dejó irse.
Tuvieron una relación. Catalina nunca había amado a alguien como a él. Pero las putas nunca tienen un final feliz y Catalina terminó sola, llorando otra vez. Ahora era él quien le rompía el corazón.