Llegó a casa una gigante condenada a ser pequeña, a no aceptar que ha crecido, a no renegar de su madre (porque Dios nos salve de eso... ¿verdad?). La pregunta es: ¿cuándo los demás dejarán de implicar a la gigantona en sus asuntos y empezar a aceptar que dentro de su altura ella mira otras cosas?
Ella necesita de otras cosas. Tan simple como una vida.
Ella necesita de otras cosas. Tan simple como una vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario